Nombramiento de la nueva Directora de Investigación
Palabras de la Dra. Silva en su nombramiento.
Agradezco a David Fernández, nuestro rector, la confianza depositada en mí para dirigir la investigación en la Ibero. Quiero expresar también mi agradecimiento a Alejandro Guevara, quien, siendo vicerrector, me extendió la invitación a asumir este cargo y, del mismo modo, a Sylvia Schmelkes, nuestra vicerrectora académica, por su respaldo decidido para consolidar esta función sustantiva. Reconozco también la labor realizada por Thomas Legler durante más de 4 años para dar un nuevo estatus a la producción académica en nuestra comunidad.
Cuando Alejandro Guevara me sugirió asumir la DINV, mi primera reacción fue de rechazo. Me preocupaba incrementar la labor de gestión en detrimento del tiempo dedicado a investigar. Pesó mucho para cambiar de opinión la experiencia que tuve en el Consejo de Investigación, impulsado atinadamente por Thomas a partir de 2014. Desde allí, en el marco del proceso Trazando el Rumbo y de la elaboración de la planeación estratégica 2020-2030, coordiné la Subcomisión de Calidad, pertinencia e incidencia social de la investigación. Durante este proceso pude dialogar con colegas de distintas áreas, aquilatar la importancia de la investigación en nuestra comunidad y también constatar las distintas interpretaciones y expresiones que coexisten sobre este quehacer. Este fenómeno admite una doble lectura: da cuenta de la libertad académica que prevalece en la Universidad, hecho que considero claramente como un valor y, al mismo tiempo, entraña dificultades para el reconocimiento, el diálogo y la concreción de proyectos comunes. He aquí un reto decisivo.
Asumo la Dirección de Investigación con entusiasmo y me desafía la idea de consolidar los procesos de definición y posicionamiento de la Investigación con sello Ibero que han cobrado vigor en los años recientes. Además del respaldo institucional, cuento con un gran equipo que he podido reconfigurar. A todas y todos gracias por su compromiso y recepción entusiasta de las nuevas propuestas.
La misión de nuestra Universidad exige una investigación que se sustente en el trinomio calidad, pertinencia e incidencia social. La investigación que hacemos debe ser de calidad, debe tener rigor científico y esto implica robustez teórica y metodológica y diálogo con diversas comunidades epistémicas. La pertinencia social tiene su núcleo en el abordaje de los problemas que degradan al ser humano, a la sociedad y al ambiente, dada nuestra vocación jesuita, englobamos estos problemas en la injusticia social que constituye un referente fundamental. Por último, la misión de la universidad es precisamente incidir en la sociedad para revertir estas injusticias y en ello la investigación tiene un papel estratégico tanto para desentrañar las complejidades de los problemas como para generar propuestas y acciones que contribuyan a transformar estas estructuras degradantes.
Estoy convencida de que no hay una sola modalidad en la que este trinomio se cristaliza. Puede tomar cauces diversos, en ello influyen las diferentes áreas del conocimiento que se cultivan en la Ibero y que son la esencia de una universidad, desde la filosofía, la teología y las artes, hasta la tecnología y las ciencias exactas, pasando por las ciencias sociales.
Quienes hacemos investigación en la Ibero estamos invitados a un modo de hacer y ser particular, que dialoga con los estándares científicos nacionales e internacionales, y reconoce como valor definitorio el compromiso con la transformación de las injusticias que impiden un desarrollo sostenible en México. Considero indispensable la discusión y la creación colectiva de significados y contenidos precisos para lograr calidad, pertinencia e incidencia social y para posicionar nuestra Universidad, mediante el fortalecimiento de la investigación con sello Ibero y sus diversas modalidades.
Nos hemos propuesto la transición de ser una institución centrada en la docencia a consolidarnos como una Universidad generadora de conocimiento. Contamos con el talento humano y con los recursos. Es necesario seguir construyendo espacios de diálogo interepistémicos y avanzar en la construcción de un proyecto compartido. Tenemos la madurez de más de 75 años de historia donde hemos remontado retos, amenazas y hasta tragedias. El contexto hoy es desafiante en extremo, pero tengo la convicción de que estaremos a la altura de las demandas de nuestro tiempo.